En un caserío llamado El Porvenir, ubicado al noreste de Estelí, Maura Urbina —desde una casita forrada con plástico negro—, arropa primorosamente a su Milagritos y le canta, la besa, la acaricia con intenciones de aliviarle el picor corporal que no la deja tranquila desde hace varios minutos. La niña —producto de la resequedad y las gruesas capas de piel seca— se rasca desesperada mientras llora y su angustia oprime el corazón…A los 15 minutos, parece que la comezón ha cesado un poco, transcurrirán varias horas para que vuelva, y Maura aprovecha para revisar el fogón avivado por la ventisca de la tarde, “los frijoles ya casi están en su punto”, dice convencida, mientras arregla unos trastos y ahuyenta a los pollos y una camada de perritos cachorritos que caminan y defecan donde se les antoja.Hay mucho humo dentro de la casita —que mide aproximadamente seis metros de largo y cinco metros de ancho—, pero además de eso, un hedor a materia fecal que sale de la letrina, situado a escasos 10 pasos de la cama donde reposa la niña y su madre.
https://www.laprensa.com.ni/2019/03/18/espectaculo/2534370-esta-es-la-historia-de-milagros-la-nina-con-piel-de-pescado