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Vanesa agradece a Dios por la nueva oportunidad que le dio


Guest Nicole

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SUFRIÓ UN ACCIDENTE EN MOTOCICLETA. PERMANECIÓ TRES SEMANAS EN TERAPIA INTENSIVA DEL HOSPITAL VIEDMA.

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Vanesa Uruño Huanca acude cada domingo a su congregación religiosa y nunca se cansa de agradecer a Dios por la oportunidad que le ha dado de seguir con vida.
 

El 9 de septiembre de 2012 sufrió un accidente en la avenida Blanco Galindo, cuando iba como acompañante en una motocicleta. Lo único que recuerda de ese día es un fuerte golpe en la cabeza cuando cayó sobre el pavimento. Despertó tres semanas después, tras permanecer durante ese tiempo en terapia intensiva del hospital Viedma.

El día del accidente Vanesa no llevaba casco. 

El conductor de la moto sí tenía protección, por lo que sufrió solo algunos golpes en la pierna.

El siniestro ocurrió debido a que aparentemente los frenos de la motocicleta fallaron y chocó contra una camioneta que estaba delante de ellos.

Vanesa cuenta ahora 29 años y tiene un hijo, Kevin Caballero de ocho, por el cual, afirma, sigue trabajando para salir adelante.

Seis meses después de su accidente, en marzo de 2013, Vanesa se animó a subir a una motocicleta para ir de compras a dos kilómetros de su casa, pero apenas estuvo sobre este motorizado empezó a temblar, por los nervios, y se bajó inmediatamente.

Una noche, cuando todavía permanecía en terapia intermedia del hospital Viedma, Vanesa soñó que la abuela de su hijo se aproximó a la cama donde descansaba para agarrarle las manos y evitar que se sacara los cables que le conectaban al respirador que la mantenía con vida.

LENTA RECUPERACIÓN

Cuando recuperó la conciencia, Vanesa estaba conectada a una unidad de cuidados intensivos, no podía hablar y su ojo derecho se mantenía cerrado.

Los médicos le habían sacado temporalmente una parte de su cráneo, aproximadamente ocho centímetros para controlar la inflamación del cerebro.

Como no entendía lo que le sucedía, instintivamente empezó a arrancarse los cables que estaban conectados a los monitores. Las enfermeras le tuvieron que amarrar varias veces por su propia seguridad, porque si se soltaba corría el peligro de morir.

Vanesa comprobó en esos momentos difíciles que atravesaba que de todos los amigos que tenía, ninguno fue a visitarla al hospital. A la mayoría los había conocido en su trabajo, cuando vendía postres en La Cancha.

Los médicos operaron a Vanesa en tres oportunidades y le practicaron una traqueotomía porque tenía dificultad para respirar.

Cuando salió finalmente del hospital Viedma, después de permanecer durante ocho meses internada, Vanesa tenía mucha dificultad para caminar y su ojo derecho estaba todavía cerrado.

El diagnóstico del médico le cayó como un balde de agua fría, le dijo que no volvería a ver con el ojo derecho. Para darle ánimo le pidió que no se acomplejara.

Debido a que tenía un solo ojo abierto, Vanesa hacía mayor esfuerzo para ver y caminaba con dificultad. En más de una oportunidad tropezó porque no podía calcular las distancias y veía doble.

Después de dos meses de acudir a sesiones de fisioterapia, Vanesa logró recuperar la visión de su ojo maltratado, aunque no en su totalidad.

Confiesa que ahora ve la vida con una nueva perspectiva, se apega a su fe y asiste cada domingo a la Iglesia de los Testigos de Jehová.
 

“Me he dado cuenta que mi vida, hasta antes del accidente, no era del todo responsable y ahora quiero llevar la palabra de Dios a la gente”, concluye.
 

Su progenitor fue un gran apoyo para ella 
 

Vanesa Uruño Huanca destaca que durante su recuperación su padre, Eduardo, fue un apoyo vital porque la alentaba todo el tiempo y caminaba de un lado a otro para conseguir medicamentos y dinero para cubrir la totalidad de la cuenta del hospital.

“Lo bueno es que él iba siempre al hospital para verme cómo estaba”.
 

Logró pagar cuenta gracias a kermés

Para cancelar una parte de la deuda que había acumulado en el hospital Viedma, la familia de Vanesa Uruño Huanca organizó una kermés solidaria, el 21 de octubre de 2012, en la OTB Mariscal Santa Cruz de la zona del Seminario.

También logró una rebaja de la cuenta en la oficina de Trabajo Social del hospital Viedma.

http://www.opinion.com.bo/opinion/informe_especial/2016/0925/suplementos.php?id=10015

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