Jump to content
The World News Media

¿Importa lo que los demás piensen de nosotros?


Raquel Segovia

Recommended Posts

  • Member

w05 15/9 págs. 30-31

A CASI todo el mundo le gusta ser alabado. Los elogios nos hacen sentir bien, pues nos dan un sentido de logro. Saber que hay quienes nos miran con aprobación nos anima incluso a mejorar lo que hacemos. Sin embargo, sucede lo contrario si percibimos que algunas personas no tienen un buen concepto de nosotros. Una respuesta fría o un comentario crítico aplastan nuestro espíritu. Lo que los demás piensan de nosotros puede influir mucho en lo que pensamos de nosotros mismos.

Sería un error pasar por alto el concepto que otras personas tienen de nosotros. La verdad es que nos beneficiamos de que ellas examinen nuestra conducta. Las opiniones ajenas basadas en elevados principios morales pueden tener un efecto positivo, motivarnos a llevar una vida recta (1 Corintios 10:31-33). No obstante, a menudo la opinión pública es muy injusta. Piense en el punto de vista distorsionado que los sacerdotes principales y otras personas tenían de Jesucristo cuando “se pusieron a vociferar, diciendo: ‘¡Al madero! ¡Al madero con él!’” (Lucas 23:13, 21-25). No conviene prestar atención a las opiniones que se basan en información falsa o que están influidas por la envidia o el prejuicio. Por lo tanto, tenemos que mostrar buen juicio y reaccionar con sensatez ante las opiniones ajenas.

¿Las opiniones de quiénes debemos valorar?

Queremos la aprobación de los que están allegados a nosotros en la adoración verdadera, como nuestros familiares cristianos y nuestros hermanos y hermanas espirituales (Romanos 15:2; Colosenses 3:18-21). El amor y respeto de nuestros compañeros cristianos y el “intercambio de estímulo” entre unos y otros significan mucho para nosotros (Romanos 1:11, 12). Consideramos “con humildad mental que los demás son superiores” a nosotros (Filipenses 2:2-4). Además, buscamos y valoramos la aprobación de “los que llevan la delantera” entre nosotros, es decir, los ancianos de la congregación (Hebreos 13:17).

También deseamos tener un “excelente testimonio de los de afuera” (1 Timoteo 3:7). ¡Qué animador es contar con el respeto de parientes, compañeros de trabajo y vecinos no creyentes! ¿Y no es cierto que procuramos causar una buena impresión a las personas a quienes les predicamos para que se sientan inclinadas a aceptar el mensaje del Reino? El hecho de que tengamos la reputación en la comunidad de ser personas moralmente limpias, rectas y honradas glorifica a Dios (1 Pedro 2:12). Sin embargo, nunca debemos abandonar los principios bíblicos para ganarnos el favor de los demás; tampoco debemos aparentar lo que no somos para impresionarlos. Hay que reconocer que es imposible complacer a todo el mundo. Jesús dijo: “Si ustedes fueran parte del mundo, el mundo le tendría afecto a lo que es suyo. Ahora bien, porque ustedes no son parte del mundo, sino que yo los he escogido del mundo, a causa de esto el mundo los odia” (Juan 15:19). ¿Podemos hacer algo para ganarnos el respeto de quienes se muestran hostiles hacia nosotros?

Cómo ganarnos el respeto de los opositores

“Ustedes serán objeto de odio de parte de toda la gente por motivo de mi nombre —advirtió Jesús—; mas el que haya aguantado hasta el fin es el que será salvo.” (Mateo 10:22.) Dicho odio a veces da lugar a acusaciones maliciosas. Tal vez haya funcionarios parciales que nos acusen de “sedición” o “subversión”, y detractores que aseguren abiertamente que somos una secta problemática que tiene que ser reprimida (Hechos 28:22). Hay ocasiones en que tales acusaciones pueden ser contrarrestadas. ¿Cómo? Siguiendo el consejo del apóstol Pedro: “[Estén] listos para presentar una defensa ante todo el que les exija razón de la esperanza que hay en ustedes, pero haciéndolo junto con genio apacible y profundo respeto” (1 Pedro 3:15). Además, debemos utilizar “habla saludable que no se pueda condenar; para que el hombre que está del lado opuesto se avergüence, al no tener nada vil que decir acerca de nosotros” (Tito 2:8).

Ahora bien, aunque tratamos de limpiar de oprobio nuestro nombre, no debemos desanimarnos ni sentirnos abrumados cuando seamos calumniados injustamente. Jesús, el Hijo perfecto de Dios, fue acusado de blasfemia, sedición y hasta de espiritismo (Mateo 9:3; Marcos 3:22; Juan 19:12). El apóstol Pablo fue difamado (1 Corintios 4:13). Tanto Jesús como Pablo pasaron por alto esas críticas y siguieron efectuando su obra (Mateo 15:14). Sabían que nunca se ganarían la aprobación de sus enemigos, puesto que “el mundo entero yace en el poder del inicuo” (1 Juan 5:19). Hoy día afrontamos el mismo desafío. No tenemos razón para intimidarnos cuando los detractores dominados por el odio esparcen mentiras acerca de nosotros (Mateo 5:11).

Las opiniones que de veras importan

Lo que la gente piensa de nosotros varía mucho, pues se basa en sus propios motivos y en lo que le han dicho. Algunos nos alaban y nos honran, mientras que otros nos injurian y nos odian. Sin embargo, mientras nos dejemos guiar por los principios bíblicos, tenemos razones de sobra para estar felices y en paz.

El apóstol Pablo escribió: “Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa para enseñar, para censurar, para rectificar las cosas, para disciplinar en justicia, para que el hombre de Dios sea enteramente competente y esté completamente equipado para toda buena obra” (2 Timoteo 3:16, 17). Si aceptamos con agradecimiento la Palabra de Dios como nuestra guía en todas las cosas, conseguiremos el favor de Jehová Dios y de su Hijo, Jesucristo. Al fin y al cabo, las opiniones que más importan son las de Jehová y de su Hijo. Lo que ellos piensan de nosotros revela nuestra verdadera valía. En última instancia, nuestra vida depende de que ellos nos aprueben (Juan 5:27; Santiago 1:12).

Link to comment
Share on other sites


  • Views 172
  • Replies 0
  • Created
  • Last Reply

Top Posters In This Topic

Popular Days

Top Posters In This Topic





×
×
  • Create New...

Important Information

Terms of Service Confirmation Terms of Use Privacy Policy Guidelines We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue.